Incontinencia y Vida Sexual
Muchas de las personas con incontinencia sufren de otras condiciones que afectan su salud, además de aislarse y sentir vergüenza social. Por esto, no es sorprendente que la vida sexual también se vea afectada, agravando aún más el impacto que tiene la enfermedad.
Los cuidadores de personas con incontinencia pueden contribuir significativamente al bienestar general de la persona, pues en esta condición pueden existir repercusiones psicológicas y físicas importantes.
Particularmente, muchas de las personas con incontinencia sufren de otras condiciones que afectan su salud, además de aislarse y sentir vergüenza social. Por esto, no es sorprendente que la vida sexual también se vea afectada, agravando aún más el impacto que tiene la enfermedad.
La incontinencia urinaria es la pérdida del control de la vejiga, con la consecuente salida involuntaria de orina. Aunque es más frecuente en mujeres, también afecta a un porcentaje significativo de los hombres.
Los cuidadores deben saber que hasta un 50% de las mujeres con incontinencia urinaria pueden experimentar también una disfunción sexual y, específicamente, en las mujeres mayores de 70 años, la baja autoestima y el sentirse poco atractivas, son otros factores comunes que contribuyen aún más con este problema. Particularmente las mujeres con incontinencia urinaria de urgencia tienen disminución de la libido, disminución de la excitación sexual y dificultad para tener un orgasmo.
En los hombres no existen casi estudios que puedan dar cuenta de la disfunción sexual que acompaña a la incontinencia, pero muchas investigaciones han mostrado que la incontinencia urinaria tiene más repercusiones físicas que en las mujeres, aunque no es del todo claro si esto incluye también la función sexual.
En general para ambos sexos, si bien sienten los mismos deseos de tener relaciones que las personas sin incontinencia, el temor a perder orina hace que aquellos con incontinencia urinaria tengan menos relaciones sexuales. Las mujeres también se abstienen porque pueden presentar resequedad vaginal y dolor con las relaciones, que puede o no estar asociado a la incontinencia o a otros factores como la edad. Adicionalmente, el mal olor de la orina, la irritación del área genital y la presencia de dispositivos externos pueden impedir que la persona se sienta cómoda sosteniendo relaciones sexuales.
En todo este escenario, el rol del cuidador incluye asegurar que la persona sigue el tratamiento que se ha instaurado para el control de la incontinencia, el cual puede incluir la realización de ejercicios en casa, medicamentos y medidas de higiene, todo lo que puede ayudar a que se disminuyan algunas complicaciones y, de forma indirecta, las molestias o preocupaciones que impiden que se mantengan relaciones sexuales.
Aunque el rol del cuidador en este aspecto de la incontinencia no es tan activo, tiene un valor emocional que puede mejorar significativamente la calidad de vida de una persona con incontinencia. Un diálogo activo y abierto sobre el tema y conocer algunas alternativas como el uso del preservativo en los hombres para evitar las filtraciones a la vagina y orinar antes de mantener la relación, pueden ser de gran ayuda para que la persona encuentre herramientas para superar el miedo a las relaciones que causa la incontinencia urinaria.
Escrito por: Redacción Avances en Salud, Editores Académicos SAS. Septiembre 2016.
Referencias bibliográficas
- Su, C. C., Sun, B. Y. C., & Jiann, B. P. (2015). Association of urinary incontinence and sexual function in women. International Journal of Urology, 22(1), 109-113.
- Abrams, P., Kelleher, C. J., Kerr, L. A., & Rogers, R. G. (2000). Overactive bladder significantly affects quality of life. Am J Manag Care, 6(11 Suppl), S580-S590.
- http://shsc.nhs.uk/wp-content/uploads/2014/06/pd6040_SexAndIncontinence11.pdf