Tips para el cuidado del Adulto Mayor

Por: Luz Stella Franco Franco - Enfermera Especialista en Cuidado a Personas con Heridas y Ostomías


Adulto Mayor es un término de uso reciente que apareció como alternativa a los que usamos para referirnos a nuestros abuelos, personas de la tercera edad o ancianos y que, por lo general, corresponde a los mayores de 70 años. Ese ser querido que se encuentra en la última etapa de la vida, la que sigue a la adultez y antecede al fallecimiento, está viviendo un período en el que su cuerpo físico, su mente y sus emociones sufren muchos cambios y se deteriora. Hoy te compartimos algunos tips a tener en cuenta en su cuidado, que te ayudarán a prevenirles lesiones en piel, tan frecuentes en su aparición y en sus complicaciones en esas edades.


Estimular la movilidad:

La inmovilidad es un estado que deteriora de manera significativa la calidad de vida de tus adultos mayores. Debes ayudarles a evitar la quietud y estimularlos a que se muevan o caminen teniendo en cuenta que existen diversas causas que hacen que ellos elijan no moverse o que se muevan cada vez menos y que deben ser identificadas para ayudarles con mayor facilidad. Por ejemplo:


  • Si por causa de un accidente vascular, cerebral o trauma incapacitante está en cama o silla todo el tiempo, será preciso que estimules el movimiento con la asesoría de terapia física o personal entrenado.

  • Si existe alguna enfermedad crónica como osteoartritis, enfermedades neoplásicas (cáncer), insuficiencia cardíaca o respiratoria, enfermedad de Parkinson o alteraciones del equilibrio, debes incentivar la movilidad con apoyo (bastón) para evitar caídas y darles seguridad.

  • Es frecuente que haya atrofia muscular y fibrosis (rigidez) por lo que la contracción muscular es más lenta, la fuerza muscular disminuye y las articulaciones pierden elasticidad y capacidad de movimiento. Todo esto en conjunto hace que tus seres queridos, en la tercera edad, tengan dolores y sientan debilidad por lo que elegirán quedarse quietos la mayor parte del tiempo posible. Puedes estimular su tono muscular con ejercicios inicialmente lentos, como por ejemplo que muevan sus piernas y/o brazos mientras están sentados. Así mismo debes revisar el estado nutricional dado que es frecuente que ellos disminuyan la calidad y cantidad de alimentos saludables y con contenido adecuado de nutrientes y electrolitos, lo cual contribuye a la pérdida de masa muscular.

  • El dolor o problemas psicológicos como la depresión y aislamiento social son también causantes de que ellos elijan quedarse quietos. En estos casos es preciso que revises el tema con la ayuda de especialistas para dar manejo integral.


Vigilar el deterioro normal por la edad:


El paso de los años marca una huella en el cuerpo y tus adultos mayores pueden notarlo en algunas zonas más que en otras. Por ejemplo:

  • Se pierde densidad ósea por desmineralización, lo que es más notorio en las mujeres que en los hombres. Debes cuidar de su alimentación balanceada y rica en todos los nutrientes requeridos.

  • Su dentadura se deteriora, por lo que requieren ayuda con alimentos suaves y de fácil masticación.

  • Es preciso que cuides de la aparición o complicación de cualquier enfermedad presente o que pueda presentarse si la han sufrido familiares cercanos y que puedan establecerse acorde a los hábitos de vida que han tenido.


Prevenir lesiones asociadas a la incontinencia:

La higiene y los cuidados que tengas en relación con este tema evitarán que la piel de tus adultos mayores se vea afectada. Para ello busca productos especializados en el mercado como cremas hidratantes y a base de óxido de zinc, que servirán de emolientes y protectores cutáneos.


Prevenir lesiones asociadas a la quietud:

El cuerpo del adulto mayor tiene mayor pérdida de agua por tanto hay menos líquido en el torrente sanguíneo. Esto puede llevarlos a:

  • Tener pérdida de glóbulos rojos y disminución de la hemoglobina y el hematocrito lo cual contribuye a la fatiga y hará que deseen quedarse sentados o acostados.

  • Los glóbulos blancos se mantienen, pero su capacidad inmune se encuentra reducida por lo que pueden sufrir resfriados y enfermedades virales con mayor frecuencia, o sentir que los cambios de temperatura, las salidas nocturnas o las corrientes de aire los afectan con mayor facilidad así que pueden elegir quedarse encerrados en casa.

Incrementar la frecuencia y cantidad de líquidos consumidos y abrigarse adecuadamente, facilitará que su vida cotidiana pueda continuar y no tengas que privarte de su compañía.


Prevenir lesiones en piel:

La piel sufre diferentes cambios con el paso de los años. Debes tener en cuenta que:

  • Se pierde grasa subcutánea y las glándulas sudoríparas disminuyen su secreción por lo tanto hay pérdida de elasticidad y se producen arrugas. La grasa tiene varias funciones, entre ellas servir de colchón y amortiguación así que el apoyo en superficies duras o las fricciones fuertes pueden romper la piel con facilidad y generar heridas, lesiones y úlceras. Te recomendamos vigilar los sitios donde permanecen sentados, su acolchamiento, así como los movimientos bruscos, roces y puntos de presión para evitar la aparición de lesiones.

  • Hay disminución de colágeno y fibroblastos por lo tanto se pierde firmeza y tersura en la piel. Esto puedes compensarlo con la aplicación generosa y frecuente de cremas hidratantes con masajes suaves, así como el consumo de líquidos sin azúcares (agua natural es suficiente). Recuerda que la vanidad y el deseo de verse siempre muy bien y atractivos, no tienen que cambiar con la edad.

  • Los melanocitos, que dan el color característico de la piel, se pierden en aproximadamente un 15% por cada década de vida y, en áreas expuestas al sol este porcentaje de pérdida se duplica, por lo que aparecen manchas y mayor riesgo de cáncer de piel. Debes procurar que se apliquen diariamente protector solar y usar ropas con la mayor cobertura posible.


Estimular la vida social:

Facilítales que compartan el mayor tiempo posible con sus amigos, que asistan a actividades grupales acordes a su edad y sus gustos. Los seres humanos somos sociales por naturaleza y, la alegría y la felicidad que sentimos al compartir con otros estimula en el cuerpo la producción de hormonas que favorecen el sistema inmunológico e incrementan el aporte de oxígeno al cerebro, entre otros muchos beneficios. Propiciar espacios de recreación, ocio y diversión hará que ellos se sientan más felices y eso impacta positivamente en su salud en general


Dejar SER al adulto mayor:

  • Dedica una parte de tu tiempo a escuchar sus historias, aunque te las hayan contado antes. Se sentirán amados, respetados y tenidos en cuenta lo cual favorece su amor propio y los hace sentir parte integrante de una familia.

  • De vez en cuando déjalos ganar en sus discusiones, esto estimula su autoestima y sienten que aún tienen valor.

  • Con frecuencia los adultos mayores quisieran poder expresar sus miedos, temores, frustraciones e incertidumbre que el futuro, cada vez más corto, representa para ellos; sin embargo, sus familiares suelen encontrarse ocupados en sus labores cotidianas. Es importante que les permitas expresar sus emociones positivas y negativas, que les permitas desahogarse y mostrar su enojo y frustración; la liberación que ello conlleva les permitirá descargarse favoreciendo su salud emocional y mental.

  • Invita a tus familiares a compartir con los adultos mayores y tenerlos en cuenta en las conversaciones que sostienen en sus reuniones. El aislamiento los deprime y los hace sentirse sin valor ni propósito en su vida. Permitirles opinar, preguntar y recibir respuestas que puedan comprender, así como propiciarles espacios en los que compartan con todos los miembros de la familia, hará que se sientan parte integrante del grupo.


Cuidar de tus adultos mayores y hacerlo con amor, abona el camino a quienes en su momento cuidarán de ti cuando estés en esa etapa de la vida, pues habrán visto con tu ejemplo, el respeto que representa para ti ese ser amado que hoy cuidas, la historia que carga consigo y la gratitud que le tienes por lo que en una época de tu vida, con generosidad y bondad, te dio con paciencia, haciendo que hoy tengas lo requerido para vivir tu vida en total plenitud.